29/febrero/2016.- El pasado 23 de febrero, Pedro Pozas, Director Ejecutivo en nombre del Proyecto Gran Simio, ha entregado en la biblioteca del Congreso de los Diputados el libro escrito por él mismo “Defensores de la Igualdad. Libertad sin cadenas más allá de la genética” . El libro está a disposición de todos los Diputados del Congreso y miembros del Gobierno en novedades del Congreso. Un libro que estará ya para siempre en la Biblioteca donde se guardan los tesoros escritos de la Historia de España y su democracia.
En el 2006, se presentó la defensa de los grandes simios en el Congreso, aprobándose en el 2008 por la Comisión de Medio Ambiente pero que sin embargo el gobierno de turno la paró a pesar del deseo de la Comisión de que se legislara una Ley de Grandes Simios. En 2007 fue aprobado por el parlamento Balear.
Ahora, la historia de esos años con los ataques sufridos por periodistas y columnistas, nuestras contestaciones así como el trabajo del proyecto Gran Simio y su lucha por sus derechos, permanecerá para siempre entre las paredes de la biblioteca de la Casa del Pueblo, desde donde se presentó el proyecto Gran Simio y donde el mensaje de los derechos de los grandes simios se lanzó a la sociedad española y al mundo. Ahora su historia ha llegado para siempre a quedarse en el Congreso.
Nuestra lucha se hace historia. El libro ha sido dedicado a todos los Diputados del Congreso “para que se adentren en la ventana por la lucha y reconocimiento de los derechos básicos de los grandes simios y para que se elabore una Ley específica para ellos que los proteja por ser homínidos no humanos, por proceder de un mismo ancestro común”. En el libro se da las gracias también al Diputado Jorge Luis de Podemos que ha hecho posible por su apoyo, para que este libro figure en los archivos históricas de nuestra historia.
La Jefa de Biblioteca de la Secretaría General Doña Alicia Martín González, ha agradecido a Pedro Pozas la donación de la obra, “Defensores de la Igualdad. Libertad sin cadenas más allá de la genética”, considerándola de gran interés para la Biblioteca y que pasará a formar parte de sus fondos.
SINOPSIS DEL LIBRO
DEFENSORES DE LA IGUALDAD.
Libertad sin cadenas más allá de la genética.
SINOPSIS:
La pugna por los derechos fundamentales de los Grandes simios en España. Una historia, una realidad, una lucha, una esperanza y una verdad en la defensa de la vida, por los defensores de la igualdad, por una libertad sin cadenas más allá de la genética, rompiendo la barrera de las especies.
Defensores de la Igualdad, nos abre la ventana en memoria de todas y todos los que están luchando por conseguir los derechos fundamentales de los grandes simios, homínidos no humanos que pertenecen a nuestra propia familia, los cuales están siendo cautivos por la especie humana, maltratados, asesinados y destruyendo su propio hábitat, que es su casa, su vida y su futuro evolutivo. Compartimos con ellos un mismo ancestro común y sin embargo les ignoramos y les tratamos de forma humillante. Defensores de la Igualdad quiere que además de dar a conocer a nuestros hermanos evolutivos, quede reflejado para la historia y generaciones futuras, de cómo el Gobierno de turno vetó sus derechos antidemocráticamente ante la decisión de un Congreso de los Diputados que SI los aprobó, de cómo la mayoría de la prensa de diverso signo y de forma irresponsable, ataco al Proyecto Gran Simio sin escrúpulos, tachándolos de locos inconscientes sin tan siquiera preocuparse y mostrar la realidad, la verdad y el trabajo de mujeres y hombres altruistas y voluntarios que han y siguen trabajando por mejorar las condiciones de los grandes simios en cautividad y la protección de su hábitat. Tres años 2006-2008 de constante burla al Proyecto Gran Simio, víctima de unos políticos que no ven más allá de los que les dicte la directiva de sus partidos. Ellos y el gobierno de aquel entonces, son los responsables que los grandes simios aún estén sin tener concedidos sus derechos, violando de forma descarada la decisión del Congreso.
“Libertad sin cadenas, más allá de la genética”, nos acerca también al mundo de los grandes simios, su problemática, sus derechos y al nacimiento de un movimiento mundial con raíces profundas en España y Brasil, llamado Proyecto Gran Simios, que vela por la vida de estos hermanos evolutivos, sus derechos y su personalidad jurídica, así como su derecho a que se le proteja su hábitat y se les reconozca como parte de la historia de la humanidad.
Defensores de la Igualdad, es una lucha que no tiene que ser olvidada por las generaciones futuras y una semilla para que algún día, la dignidad humana reconozca las atrocidades cometidas contra los grandes simios como ahora reconocemos la realizada en la época de la esclavitud contra seres humanos.
PEDRO POZAS TERRADOS
Quien quiera el libro, puede ponerse en contacto con Pedro Pozas, en: nautilusmar@yahoo.es o llamando al 678708832.
Artículo de la periodista ANA CABANILLAS sobre la Biblioteca del Congreso, para que se vea la importancia de figurar el libro “Defensores de la Igualdad” entre sus volúmenes históricos.
Junto al rumor del Hemiciclo, el Congreso de los Diputados guarda en silencio la llave de la Ley. Más allá del debate y de las cámaras de televisión, a veinte metros y al fondo del pasillo, se encuentra la Biblioteca del Congreso; la fragua donde las leyes toman forma antes de salir a la palestra; donde, al calor de los flexos, las ideas dejan de ser un germen para convertirse en propuestas formadas: Propuestas de Ley. Javier Plaza Bravo, el jefe de Bibliografía, es el encargado de preservar ese remanso de letras que asegura la democracia.
Cada modificación legal, cada votación por parte de los diputados, requiere el estudio y el trabajo al hilo de los más de 250.000 ejemplares que componen el archivo. «En el dossier documental que acompaña toda propuesta, elaboramos e incluimos una selección de los libros relacionados y de interés». Los documentos son, para Plaza, la «materia prima» de todo trabajo parlamentario. Un trabajo que «sería imposible sin este tipo de apoyo».
Esta labor no sólo tiene el fin de informar, sino que apunta a proteger uno de los cimientos de la democracia: la independencia. «Los proyectos de ley los presenta el Gobierno, el poder Ejecutivo. Si desde el poder Legislativo no se elaboran informes ni hay una documentación independiente, estaríamos cometiendo un error conceptual importantísimo», advierte Plaza, «porque nos fiaríamos de la información proporcionada por uno de los poderes», argumenta con decisión: «Este tipo de trabajos son fundamentales».
Los diputados se dejan ver por la biblioteca aunque «no es su lugar de trabajo habitual». El jefe de Información Bibliográfica define a los presidentes de la Cámara como «usuarios frecuentes» y atestigua que el grupo «VIP» lo compone el grupo de letrados. La Biblioteca es una de las zonas más innaccesibles de la institución y queda vetada al público incluso el día de puertas abiertas con el fin de garantizar su «preservación». La entrada está restringida a los miembros del Senado y Congreso, así como el personal que trabaje en este último: desde periodistas acreditados hasta agentes de policía. También pueden acudir «los investigadores que lo soliciten», siempre que acrediten su petición. En total, hay 1.130 usuarios activos y en la última legislatura (2012-2015) se han producido «casi 1.9000 peticiones de información», de las que 6.346 fueron realizadas por «los parlamentarios y su personal de apoyo».
Testigo de la historia
La biblioteca guarda, desde dos códices del siglo XV, hasta ocho incunables y medio centenar de manuscritos del siglo XVI y XVII, pero el catálogo sigue creciendo. Cada año se introducen entre 3.000 y 4.000 ejemplares, entre donaciones, documentos incorporados a la web y compras. «Tenemos que tener documentación de todo lo que se esté legislando. Ahora hemos implementado la colección con los problemas de terrorismo internacional con cariz islamista que se están produciendo en los países árabes», apunta Plaza.
Una escalera de caracol divide en cuatro actos -dos plantas y dos entreplantas- la sala de lectura, la parte visible de la Biblioteca y sólo la punta del iceberg del inmenso archivo que guarda: en sus estantes reposan 22.000 libros, apenas el 10% del total. El resto se encuentra en los bajos del Congreso, una zona subterránea que también se ha visto afectada por las obras «interminables» que se llevan a cabo en el edificio.
Parte del archivo, unos 44.000 libros, ya han sido trasladados por este motivo a naves especializadas en conservación de documentos, situadas a las afueras de Madrid, donde «preservan la temperatura y la humedad adecuada», y donde a final de año habrá un total de 200.000 ejemplares, según las previsiones. «Nuestro trabajo también sufrirá los rigores de las obras», lamenta el bibliotecario.
'Los 40 años del franquismo apenas ocupan cuatro estantes, y una legislatura moderna son dos muebles completos'
Construido en 1855, cinco años después de la inauguración del Salón de Plenos, se conserva en el mismo estado que entonces. Una fotografía en blanco y negro que empieza a teñirse de sepia ejerce de testigo histórico. «Gracias a esta imagen se verificó la fecha exacta de la construcción, porque aparece un periódico que dejó de existir en 1911», relata Plaza. Una de las pocas modificaciones, además de la instalación del montacargas, fue la decoración del techo con un lienzo pintado en 1989 por José María de Gamoneda, letrado mayor de las Cortes, que representa la alegoría del Templo de las Leyes.
El pulso democrático
Los estantes de la planta baja están sembrados de diarios de sesiones, la transcripción literal de todas las reuniones parlamentarias desde las Cortes de Cádiz. Ordenados de forma lineal, recorren la sala de lado a lado: desde 1810 hasta 2008, cuando faltó el espacio y los diarios empezaron también a poblar los bajos. El número de volúmenes toman un pulso aproximado de la vida política. «Cada legislatura aumenta el número de sesiones», asegura Plaza, que da un detalle significativo: «Los 40 años del franquismo apenas ocupan cuatro estantes, y una legislatura moderna (4 años) al menos ocupa dos muebles completos».
Es por esta razón por la que, para el bibliotecario, «se pueden cuestionar las posturas de los políticos, pero no su trabajo». Javier Plaza se disculpa por ese «comportamiento políticamente incorrecto» de «que una persona ajena al mundo de la política defienda el trabajo de los parlamentarios», y asegura, tajante: «A mí ellos no me pagan».
«Sólo hay que ver las intervenciones y las preguntas-orales y escritas- que realizan los diputados y que son cada vez más. Todo eso requiere una preparación previa», defiende. Pese a que las cámaras siempre van a dar al Hemiciclo, Plaza asegura que ésa «es una parte muy pequeña» de su labor. «La imagen de una sala vacía tiene un impacto a veces muy engañoso», opina el bibliotecólogo: «Hay que ser justo: un parlamentario normal tiene muchísimo trabajo, otra cosa es que te guste o no», determina.
El trabajo en la sombra, el estudio y la documentación, son el engranaje indispensable de los «nuevos legisladores». Aquellos para quienes, según este supervisor de la democracia, «no existe la improvisación».
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